*Azureazure ha hecho el firme compromiso de ayudar tanto a nuestros lectores como a las industrias más castigadas por esta pandemia. ¡Estamos contigo en estos difíciles momentos que vive nuestro planeta! A lo largo de esta crisis, estaremos publicando nuestros artículos regulares, que esperamos te inspiren y ayuden a escapar un rato de la terrible situación actual, junto a contenido específico sobre el Coronavirus a nivel mundial. ¡Nos encantaría escuchar de ti! Contáctanos a azure@azureazure.com*
Es escritora, compositora y una mujer entregada de lleno a la filantropía. Sus creaciones musicales han sido representadas por la New York Philharmonic Principal Brass y la New York University Percussion Ensemble. Además, ha escrito varias piezas para ballet y piano, y es autora de libros para niños. Hablamos de Karen LeFrak, miembro de la New York Philharmonic Board of Directors, de The Women’s Committee of the Central Park Conservancy (del que fue presidenta, cargo que le valió un galardón) y de The Society of Memorial Slaone-Kettering Memorial Cancer Center.
Menuda, delgada, sonriente, de voz y gestos tan delicados como los colores que elige en su vestuario, Karen es una persona muy modesta, agradable y sensible que disfruta escuchando las composiciones de Bach, Chopin, Schumann y Copland. Se graduó cum laude en el Mount Holyoke College. Más tarde, continuó su educación en el Hunter College, donde obtuvo un MA en Historia de la Música y logró entrar en su Hall of Fame. Gracias a su pasión por el arte, fue propuesta para entrar en el New York State Council for the Arts.
Karen vive entre sus casas del Upper East Side de Manhattan, Southampton y Miami. Junto a su marido, Richard, ha formado una familia con dos hijos, James y Harrison, y dos nietos. Nacido en Nueva York, Richard es hijo del ya fallecido ilustre promotor inmobiliario Samuel J. LeFrak, a quien sustituyó como CEO de la compañía familiar LeFrak Organization, una de las más importantes firmas inmobiliarias de los Estados Unidos que posee importantísimas propiedades en Nueva York, New Jersey, California y Miami (donde están apostando con fuerza y ya han adquirido el hotel Gansevoort de Miami Beach).
La pareja se conoció durante una reunión familiar. Sus padres eran amigos y el padre de Richard se encargó de presentarlos: “Richard tenía 17 años y yo 15,” recuerda Karen. Desde entonces, son inseparables. El matrimonio forma una muy unida linda pareja que raramente se separa. Karen intenta acompañarlo en sus viajes de negocios siempre que puede. Ella explica que a la hora de inspirarse “el lugar no importa, lo que importa es el estado de la mente”, y reconoce que puede escribir en cualquier parte.
Sus dos piezas de ballet han contado con la participación de coreógrafos importantes: Brian Reeder colaboró en Cake, y Roger VanFleteren en Pavlovsk, obra para orquesta completa. Ambos trabajos fueron vistos en primicia en el 2008 y en el 2010 respectivamente, y representados por el American Ballet Theater II.
La mayor parte de su música ha sido escrita para piano, su pasión desde joven. En el 2013, estrenó una pieza para Gentle Memories, coreografiada por Jiri Bubenicek. Ese mismo año, su pieza de piano Ballet Bark! In The Park, fue coreografiada por Chase Brock y representada, en su inauguración en Nueva York, por el New York Theatre Ballet. También este año, su pieza Duet Tous Les Jours (con coreografía de Marcel Gomes, del American Theatre Ballet) fue estrenada en el Mariinsky Theatre de St. Petersburgo, y se presentó en Nueva York en el Lincoln Center esta primavera. Será también en breve cuando The Shanghai Symphony Orchestra ofrezca la versión en concierto de Statue Dance of Pavlovsk, bajo la batuta del maestro Long Yu.
Amante de Nueva York, reconoce que le apasiona estrenar sus obras en la Gran Manzana y tener la posibilidad de compartirlo con sus amigos. Afirma que “es una ciudad apasionante y estimulante, en la que siempre hay algo que hacer o ver”.
Ya lejos de las notas musicales, su otra gran pasión es escribir. Ha publicado tres libros para niños: Jake the Philharmonic Dog, Jake the Ballet Dog y Best in Show.
Al margen de su trabajo, su gran afición son sus perros. Tras la catástrofe de las Torres Gemelas de Nueva York, los llevó al Mt. Sinai Hospital y al New York University Hospital con el fin de ofrecer terapia para las víctimas y familiares del 11 de septiembre. Por estos esfuerzos, fue galardonada en numerosas ocasiones.
Karen cría y entrena a sus poodles con la ayuda del experto Wendell Sammet, que cuenta con más de 69 años de experiencia. Algunos de sus perros, ya retirados del mundo de los concursos, han ganado numerosos premios, entre ellos los del reconocido campeonato de Westminster. Son animales elegantes, con pose aristócrata y perfectamente educados. Karen adora este tipo de raza por su extraordinaria inteligencia, su belleza y porque «cuando yo era pequeña, tenía un mini poodle», recuerda.
Además de dedicar tiempo a todas las actividades artísticas, representaciones, compromisos y viajes, Karen está entregada por completo a su familia y se encuentra muy unida a sus hijos, que también trabajan en la promotora familiar. Adora a sus nietos y desea ser recordada por ellos “como la mejor abuela del mundo”.
Cuando se le pregunta qué parte de sus diferentes actividades como escritora, compositora o su faceta filántropa la llena más como persona, para Karen es difícil responder. Y es que, como ella dice: “Cada una tiene una razón de ser: la música toca mi alma, los libros mi cabeza y la caridad, mi sentido de la responsabilidad”. ■