En el Volvo 360c, el pasajero podrá dormir en una cama, trabajar en una oficina o tener reuniones en un ambiente cómodo y relajado. No es simplemente otro automóvil futurista, el Volvo 360c es una novedosa forma de viajar y de usar nuestro tiempo. El nuevo concepto de coche autónomo de Volvo es mucho más que un prototipo, se trata de un nuevo modelo de negocio que busca mejorar la experiencia del usuario.

«El 360c explora las posibilidades que se abren al eliminar al conductor humano, posibilitando nuevas libertades en el diseño y resignificando el tiempo de traslado. El prototipo nos permite ver cómo la tecnología de conducción autónoma cambiará el mundo tal como lo conocemos. Las posibilidades son alucinantes», comenta Mårten Levenstam, vicepresidente de estrategia corporativa de Volvo.

Volvo 360c.

Sin puesto de mando, volante o acelerador, el 360c propone un habitáculo funcional con distintas opciones y posibilidades para sus pasajeros. Aquellos que quieran realizar viajes de distancias cortas y evitar las demoras del aeropuerto, podrán viajar en sillas de primera clase 100% reclinables con comodidades premium, pantallas interactivas integradas a los cristales y mesas desplegables con refrigerador incluido.

Una mujer en el interior de un Volvo 360c.

Sin embargo, si el pasajero necesita trabajar durante su viaje, el coche ofrecerá conectividad y equipamientos de oficina de última generación. Estos servicios trasformarán cada minuto de traslado en tiempo productivo. También, en caso de que quiera relajarse viajando en familia o disfrutando de una deliciosa comida con amigos, el Volvo 360c ofrece la opción de sala de reuniones o sala de estar.

¿Pero cómo puede un solo coche incluir todas estas posibilidades? En realidad, lo que tenemos distintas son configuraciones  para un solo vehículo. El concepto de negocio de Volvo propone es un servicio de traslado similar a Uber: el usuario pedirá su 360c utilizando una aplicación interactiva y seleccionará las comodidades que desee.

Volvo 360c.

La creciente tendencia de propiedad conjunta y la adhesión a servicios de transporte compartido plantean la necesidad de transformación en empresas como Volvo, que pasan de ser meros fabricantes de automóviles a potenciales prestadores de servicios de transporte. En este caso, la empresa sueca apuesta a servicios de vanguardia, solventados en vehículos 100% autónomos, eléctricos, conectados y seguros.

Estas ventajas podrán ser aprovechadas no solo por los usuarios en general, sino también por las empresas de transporte convencional. Por ejemplo, aerolíneas como Lufthansa o empresas como Uber podrían utilizarlo para realizar conexiones terrestres de lujo.

Pero para que esto se haga realidad, es necesario desarrollar un sistema de conducción autónomo estandarizado más avanzado y eficiente. En ese sentido, la Volvo propone una serie de señales comunicativas de sonido y luz mediante las cuales el vehículo interactuará con el entorno, no solo con el resto de los coches, motocicletas y bicicletas, sino también con transeúntes. Por ejemplo, un sonido puede indicar el inicio de la marcha, otro le avisará a un peatón distraído que se acerca un vehículo. Mientras tanto, distintas luces anticipan y anuncian maniobras a coches y peatones.

Imagen del Volvo 360c visto desde arriba.

El desarrollo de la conducción autónoma cambiará de manera definitiva la realidad del transporte en el futuro cercano. La personalización, exclusividad y las comodidades de lujo mejorarán significativamente gracias a las prestaciones de coches vanguardistas como el 360c. ■