Corría el año 1934 cuando el importador de automóviles holandés Pieter Louwman decidió fundar su propia colección de coches con la compra de un Dodge de 20 años de antigüedad. Hoy, convertida en museo desde el 2010, la muestra está abierta para todo el que quiera admirar sus más de dos centenares de vehículos históricos. Acompáñanos en este entretenido recorrido por la historia de este museo icónico de la ciudad holandesa de La Haya y descubre cuales son los ejemplares más antiguos con los que cuenta la colección.
El Louwman Museum alberga la colección privada de coches abierta al público más antigua del mundo. Al antiguo Dodge adquirido en 1934, se han ido sumando decenas de coches —la mayor oleada de nuevas incorporaciones tuvo lugar en 1969, cuando se añadió una segunda colección privada—, un legado que Pieter Louwman dejó a su hijo Evert, actual dueño del museo.
En la actualidad, en las salas del Louwman Museum se exhiben unos 250 coches históricos, lo que da una idea de la dimensión que tiene esta colección privada con vocación de patrimonio de la Humanidad. Pero esta muestra no sólo es importante por la cantidad de reliquias que la conforman, sino que el amplio abanico de orígenes y épocas puestas en exposición —el más antiguo es un Mercedes-Benz de 1886—, el buen estado en que están conservados las piezas y su inherente belleza, también son elementos clave para que los más entendidos la consideren una de las colecciones privadas más completas, bellas y valiosas del mundo.
Los coches, por sí mismos, son más que una máquina de movilidad: cada automóvil tiene su propia historia y puede decirnos mucho sobre quienes lo fabricaron, el momento histórico en que fueron concebidos y conducidos y, por supuesto, también sobre sus dueños. Aunque puedan llegar a parecerse, un coche fabricado antes de la II Guerra Mundial difiere de otro de la posguerra: los gustos y las necesidades de la demanda cambian en función de la región y la época. Y eso también lo cuenta el Louwman Museum.
Este peculiar museo del automóvil se encuentra en las afueras de la localidad holandesa de La Haya, cerca de la ciudad de Wassenaar, en un impresionante edificio diseñado por el arquitecto estadounidense Michael Graves que combina por igual modernidad y tradición. Por apenas 18 dólares que cuesta la entrada, los amantes de los coches y su historia pueden admirar todo tipo vehículos, considerados verdaderas “joyas sobre ruedas”.
Las reliquias del Louwman Museum son itinerantes y no sólo se exponen en las salas del museo. Muchas de ellas son habituales en festivales, competiciones y otros eventos que tienen como protagonistas a los automóviles clásicos. Por tanto, quienes estén especialmente interesados en conocer de cerca algún coche en especial, deben preguntar con antelación si estará expuesto, y así evitarán decepciones. No obstante, siempre existe la oportunidad de visitar el catálogo virtual del museo, que se encuentra en su página web, la cual ofrece ¡Una visita igualmente enriquecedora! ■