Los arándanos, frambuesas y fresas se destacan en el conjunto de intensos colores y sabores que conocemos genéricamente como berries o “frutos del bosque”. Sus orígenes son difusos y componen una diversidad de pequeños frutos de diferentes arbustos y plantas silvestres de regiones muy distintas y distantes entre sí de Asia, Europa y América. Integran el gran universo las grosellas y los distintos tipos de moras, sumando desde el sur de América latina nombres y sabores tan exóticos como el calafate, la murtilla, el maqui, el miñe–miñe, saúco y rosa mosqueta. El selvático y tropical Brasil suma el sorprendente acai, sin olvidar las cerezas y el tan español fruto del madroño.

Los frutos del bosque o berries crecen en diferentes latitudes alrededor del mundo.
Los sabores de los diferentes frutos del bosque van del agridulce, al dulce y al levemente ácido. Se consumen frescos, al natural, incorporados al yogurt, helados o en preparaciones como mermeladas, jugos y salsas, o de diferentes maneras en postres y platos especiales, así como en exquisitas infusiones. Son alimentos con bajo contenido calórico y que aportan altos niveles de vitamina C y de fibras a la alimentación.
La Food And Drug Administration —ente regulador de alimentos y medicamentos de Estados Unidos y referente mundial en estos tópicos— destaca el arándano como un fruto de bajos niveles de grasa y de sodio, libre de colesterol, rico en fibras, refrescante, tónico, astringente, diurético y, además, con un alto contenido de vitamina C.

Los frutos del bosque son una gran fuente de vitamina C y fibra.
Estudios independientes señalan la capacidad antioxidante de los frutos del bosque, proveniente de la alta concentración de pigmentos vegetales tales como las antocianinas y los flavonoides, que le aportan esos colores rojos, azules o amarillos tan intensos y seductores. Cabe señalar que la medicina le está dando una gran importancia a la acción preventiva de los antioxidantes para contrarrestar los radicales libres asociados al envejecimiento, enfermedades cardíacas y degenerativas. Se conoce también que la inclusión de ciertos flavonoides en la dieta contribuiría a una acción benéfica ante el riesgo de disfunción sexual masculina.
Tres recetas para disfrutar
Desde la Patagonia nos llega una sencilla, rápida y exquisita receta para un Mousse de frambuesas:
Ingredientes
Medio kilo de frambuesas
Una taza y media de azúcar
360 gramos de crema de leche
Preparación
Hacer un puré con las frambuesas y el azúcar, agregar la crema batida y luego las claras batidas a punto nieve. Llevar a la heladera durante tres horas y listo. ¡Exquisito pero no apto para diabéticos!
Con permiso para pecar, y obtener una rápida fuente de energía, aquí una deliciosa receta para el tradicional American Breakfast Pancake o Hot Cakes: Agréguele arándanos a su preparación preferida de pancakes. Una vez listos, apilar cuatro o cinco y bañarlos luego con jarabe de caramelo, chocolate, miel o sirope y decorar con arándanos.
Pollo en salsa de arándanos con chile
El placer también puede ser salado. La particularidad del sabor del arándano permite adaptarlo muy bien a platos de diferente tipo de carnes. Es el caso del pollo en salsa de arándanos con chile. A la preparación habitual del pollo, sumarle sobre el final de la cocción una salsa de arándanos y dos chile chipotle. Dejar que hierva suavemente de 20 a 25 minutos, y servir con guarnición de arroz o papas. ■