El M6 Gran Coupé se renueva y mejora para el año 2014. Y lo hace manteniendo su atractivo, tanto por dentro como por fuera. BMW vuelve a atacar con fuerza a todos sus rivales con este modelo de la serie M. Las líneas son suntuosas y su perfil es magnífico, independientemente del ángulo desde el que se mire. Con la plataforma del Serie 5 como base, se trata de un cupé de cuatro puertas que combina de verdad deportividad, lujo, rendimiento y comodidad.

Los competidores que tiene este modelo en el mercado son el Audi RS7, el Mercedes-Benz CLS63 AMG y el Porsche Panamera Turbo. Incluso también podría serlo el Aston Martin Rapide, aunque es más caro y más deportivo que el Gran Coupé. Lea aquí una comparativa entre el BMW Serie 6 Grand Coupé, el Audi A7 y el Mercedes CLS.

Una vez en el interior del BMW cupé de cuatro puertas, podemos apreciar que los asientos al estilo M tienen un exquisito diseño y son casi perfectos, pues combinan comodidad con la sujeción necesaria para una conducción deportiva. Las puertas, al ser más pequeñas que las del M6 Coupé, son más fáciles de manejar, especialmente en espacios de aparcamiento estrechos. Los asientos traseros son sólo cómodos para dos personas, ya que la consola central se extiende hasta la parte trasera del habitáculo. La entrada y salida en estas plazas son más sencillas que en otros cupés de cuatro puertas, en parte, gracias a que la línea de techo es menos inclinada y a la profundidad de los asientos.

La disposición interior es la típica de los actuales modelos M de la marca BMW, es decir, un diseño limpio, moderno y eficiente que ofrece todo tipo de tecnología. Manejar la pantalla central del salpicadero en la que se encuentran todas las funciones de navegación y entretenimiento del vehículo es muy sencillo desde cualquiera de las dos plazas delanteras, especialmente desde la del conductor. Nuestro coche de prueba tenía un acabado de fibra de carbono que se veía increíble y acentuaba la línea deportiva del interior.

Después de haber probado la actual generación M6 coupé hace unos meses, estaba ansioso por comprobar las diferencias con su hermano de cuatro puertas. Sorprendentemente, detrás del volante se siente muy similar, pese a que cuenta con dos puertas adicionales. Su poder es embriagador, su manejo es excelente y la dinámica que trasmite el equipo, formado por acelerador, freno y dirección, es sublime. ¿Qué hace realmente exclusivo a un automóvil?

El rendimiento del coche es francamente explosivo. Nuestro modelo de prueba, que lucía un llamativo azul metálico San Marino, contaba con la opción de los frenos cerámicos de carbono. Son impresionantes, no sólo debido a su gran tamaño, sino también al increíble rendimiento de frenado que ofrecen. El sonido del motor V8 biturbo es sutil y deportivo, a pesar de que se canaliza a través de los altavoces del coche. La suspensión me recuerda a la de un Porsche, lo que significa que este vehículo es equilibrado y contará siempre con un alto rendimiento, sin importar el tipo de carretera por la que se transite. Una gran característica de los coches M es la posibilidad de elegir diferentes combinaciones, según cómo deseamos que se produzca la entrega de potencia del motor. Me encanta esta característica. A veces uno quiere conocer un montón de opiniones sobre el funcionamiento de la dirección o la comodidad de la suspensión pero, en otras ocasiones, lo único que importa es la brutalidad del modo de conducción más deportivo: el Sport Plus.

Compartí varios de los test de conducción con un amigo, quien me confesó su opinión sobre la marca de Múnich: “Es genial ver que los coches M de BMW continúan ofreciendo el rendimiento y las sensaciones que los entusiastas y aficionados de la marca quieren, mientras que la línea general de la marca crece y atrae a un mayor universo de conductores”. Es totalmente cierto. He comprobado que la letra “M” significa también “especial”, y los ingenieros de la compañía lo saben. El BMW M6 Gran Coupé del 2014 es, realmente, el mejor de estos dos mundos. ■